El jefe de la ANA, Hugo Jara Facundo, calificó este hecho como “trascendental e histórico” y resaltó la decisión de ambos gobiernos regionales de impulsar juntos la elaboración de un estudio que permitirá conocer el potencial hídrico de dichos ríos.
Los presidentes regionales de Arequipa, Juan Manuel Guillén; y de Moquegua, Martín Vizcarra Cornejo, acompañaron a Jara Facundo en la ceremonia de suscripción del documento. Ambos presidentes acordaron encargar a la ANA el asesoramiento y seguimiento del estudio hidrológico, que será elaborado por una consultora elegida a través de concurso público.
Según el convenio, la ANA formulará las recomendaciones necesarias a la supervisión y revisará el informe final que elabore la consultora para su trámite de aprobación. El estudio hidrológico de las cuencas de los ríos Tambo y Moquegua se ejecutará en un plazo de 150 días calendarios (cinco meses), con un presupuesto de 804 mil 670 nuevos soles, de los cuales el 60% será cubierto por Moquegua y el 40% por Arequipa.
Jara detalló que con el estudio se obtendrá información sobre la demanda de agua, las reservas subterráneas, e incluso la capacidad de recuperación de las aguas, además de otros datos técnicos que ayudarán a ejecutar proyectos en ambas regiones y promover el aprovechamiento racional de los recursos, evitando discrepancias.
Las autoridades regionales coincidieron en que el convenio garantizará la paz social entre las juntas de regantes de usuarios del valle de Tambo y Moquegua, en el uso racional del agua y para su producción agraria, especialmente en épocas de estiaje.

Pasto Grande. Uso de aguas de represa inicio “guerra del agua” entre Arequipa y Moquegua.
ANTECEDENTES
Como se recuerda, en época de estiaje las autoridades moqueguanas ordenan el cierre de las compuertas de la presa de Pasto Grande, como medida de previsión. No obstante, esto afecta al valle arequipeño de Tambo, pues el río que lo forma se alimenta, en la parte alta de la cuenca, de las aguas que provienen de esa represa.
El problema afecta no sólo a los agricultores tambeños por contar con menos agua para el riego de sus cultivos, sino también al consumo humano pues la presencia de Boro en las aguas se densifica por la disminución del recurso hídrico.
El cierre de las compuertas y la consecuente protesta en el valle Tambo originó lo que hace cuatro años se llamó “la guerra del agua”, entre Arequipa y Moquegua. Las protestas violentas se repitieron en los años siguientes, pese a lo cual no se pudo llegar a ninguna solución concreta. Moquegua se vio forzada a dejar discurrir el agua para Tambo, sin que esto complaciera a autoridades ni población. El convenio firmado esta semana, marca el inicio de una solución.