Un reciente estudio del Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está de acuerdo con esta teoría. Los tacneños relacionan la explotación hídrica que realiza Southern en Candarave con la desaparición de sus fuentes de agua que impacta, según ellos, en sus campos y pastizales con los que se alimenta su ganado.
José Nicolás de Piérola, gerente de recursos hídricos de Southern, rechaza esta hipótesis. “Hay todo un estudio que se hizo y se presentó a la autoridad del agua (1985). Ellos lo han revisado y se determinó que no existe una afectación”, dice el ejecutivo, quien agrega que “lo que ha pasado en Candarave y en la zona sur, en el Titicaca también se puede ver, es que en los últimos 5 años hubo precipitaciones menores que el promedio, entonces todos los cauces se han secado… es un problema regional”, afirma.
Según el presidente del Frente de Lucha de la Cuenca Locumba, Serapio Ramos, sí hay relación directa en la explotación hídrica de la minera con el detrimento de las actividades productivas de Candarave. “Es un crimen que se permita explotar agua en cabecera de cuenca. Se impide que esta discurra hacia las zonas más bajas. Hay evidencias claras de desertificación”, dice.
Bonanza y minería
La compañía Southern aspira concretar la ampliación de la Concentradora Toquepala, con la cual duplicaría su producción de mineral de 60 mil toneladas diarias a 120 mil. Esto, según la Sociedad Nacional de Minería (SNMPE), le dará a Tacna unos S/. 800 millones adicionales.
El Proyecto Mejorando la Inversión Municipal (MIM Tacna) reportó el 2010 que de los S/. 2.123 millones ejecutados en la región fronteriza para proyectos desde el 2007, el 84% fue financiado con recursos del canon minero.
La contribución de la minería en el Producto Bruto Interno (PBI) tacneño ha sido históricamente más importante que la agricultura, triplicando su participación porcentual en la economía regional en la última década (BADATUR-OTP, 2010).
Pese a ello, los tacneños están dispuestos a sacrificar estos aportes en una lógica que el gobierno central y la empresa privada parecen no comprender. Para ellos el problema hídrico está en primera línea.